Tuesday 6 May 2008

Un lugar llamado Elephant & Castle


From: Martín Llavallol
To:
mllavallol@gmail.com
Date: Tue 06-May-2008 19:27
Subject: Un lugar llamado Elephant & Castle


"Miro por la ventana, es un día gris

la lluvia que cae en el cemento gris
una carta más y una postal
y el teléfono no para de sonar.

Otra noche más y hace frío acá
la botella está vacía y el bar ya cerró
un poco cansado, un poco aburrido
un poco borracho, con ganas de pelear."

Lejos Estoy – Dos Minutos



¡Qué poeta es el Mosca! Quién iba a decir que 'gris' rimaba con 'gris'… Vaya desde aquí mi humilde homenaje a esta banda del punk argentino. Y esos versos son tan universales que a veces dudo si los escribió en Valentín Alsina o a la vuelta de Elephant & Castle...
Sí, porque nuestro barrio podría bien inspirar este tipo de obras y más; de hecho no sé cómo todavía no hicieron ninguna película acá. Claro que sería una de acción y no una tan romántica como la de esos payasos de Notting Hill, que pintan sus casitas de colores. Que por las noches escenas moviditas no nos faltan: el otro día Craig vio como una banda de vándalos le daba de patadas a uno que estaba en el piso; hace dos semanas a Linden, una neozelandesa que vino hace poco, le robaron la cartera; y a diario te cruzas con más de un borracho que mejor esquivar. Una curiosidad muy graciosa que nos dijo Matthew es que en la versión británica del Monopoly, Old Kent Road (muy cercana a nosotros) es el casillero más bajo del tablero.
Pero no quiero asustarlos. Otras cosas pueden ser muy "amigables" en Inglaterra: ciertas bandas como Coldplay, Keane o últimamente Scouting for Girls, que son muy "radio-friendly"; Londres, que es una ciudad muy "gay-friendly" (y eso se puede comprobar caminando por el Soho un viernes a la noche); y algunas latitas de atún que venden en los supermercados, que son "dolphin-friendly" (aunque como me hizo notar Chris, esas mismas latitas no son muy "tuna-friendly"...)
Y de todas maneras, aunque el barrio a veces no acompañe, el Big Brother sigue siendo una trinchera de paz y amor.
Muchas personas de la casa cambiaron desde la otra vez que les escribí. Sin embargo es curioso otro fenómeno casi paranormal que pasa, del que me hablaron una vez Samira y Esther, y que empecé a confirmar por mi cuenta. Se trata de la repetición de ciertos patrones en los individuos que se suceden en las distintas habitaciones/camas. Vayan a continuación algunos ejemplos.
Les había hablado antes de Leon. Leon se fue a finales de marzo a viajar por el mundo por algo así como dos años (vaya suerte la del muchacho). La chica suiza que vino a ocupar su lugar parece ser una nueva versión de él: aunque sexualmente mucho más atractiva, socialmente es un desastre. Se pasa horas aislada en su cuarto y sólo le faltaría que la respuesta al saludo sea "oui bien merci oui".
Se llama Laura. 19 añitos y muy bonita. Pero tiene un novio y es negro, y ya saben, yo no puedo competir con eso. Sí, porque a ella le gusta la música, y es sabido que los negros cantan mucho mejor que los blancos (Diana Ross, Tina Turner, Michael Jackson, la Negra Sosa) y encima a mí la pubertad no me dejó una voz muy prodigiosa. Supongo que no estarían pensando en otra cosa, ¿no?
Volviendo a Leon, debo decir que al final de su estadía nos habíamos hecho amigos. O bueno, hablábamos de cosas que no eran el clima, lo que para ciertos ingleses puede ser un gran avance. Se podría decir que Leon se había vuelto "some-people-friendly".
También les conté de Julien. El que vino después que él es un australiano, que parece tener cierta tendencia hacia las bebidas alcohólicas. Es una pena que haya heredado los vicios pero no las virtudes.
El último ejemplo es el que involucra a Vuestro Querido Narrador. El sujeto que lo antecedía era un francés, Jérôme.
La primera coincidencia, según las chicas, es que los dos hablamos francés. En definitiva, una boludez. Pero está bien, lo vamos a poner en la lista.
La segunda era que los dos nos llevábamos bien con todos los demás de la casa, también según Esther y Samira. Es cierto, era buen pibe. Tuve oportunidad de conocerlo un par de veces que cayó de visita.
La tercera es que, aunque él todavía en fase de estudiante, los dos somos ingenieros civiles. ¡Opa! Eso sí es curioso.
Y acá viene la mejor de todas y la que a mí más me sorprende: Jérôme es también un Peregrino. ¡Caramba! ¡Y vaya que lo es! Si bien todavía no está diplomado en estos menesteres como yo, el tipo está yendo desde su casa al norte de Francia hasta Jerusalem. En algún lugar se va a tomar un barquito, pero cascarse Francia e Italia andando tiene igual su mérito. Debo confesar que me dio cierta envidia cuando lo contaba.
Pero existe aún otra coincidencia más, la más feliz de todas: cuando estaba en Inglaterra, Jérôme consiguió trabajo, ¡y yo también! Claro que a él seguro le fue mucho más fácil... Pero sí, sí. Finalmente sucedió.
No les quiero contar mucho al respecto por ahora, porque todavía no empecé. El motivo es que los ingleses tienen unas leyes muy, pero que muy poco "immigrant-friendly" que hacen que el permiso de trabajo se demore unas semanitas. Eso me cabreó un poco al principio, pero como dice el refrán, "No hay mal que por bien no venga" y entonces se me ocurrió aprovechar estas aerolíneas europeas baratas de las que les hablé en otra oportunidad y venirme para España unos días de vacaciones. Sí, porque buscar trabajo es un trabajo (aunque no me lo crean). Ya les contaré en otro momento.
¡España! La tierra de Elsa Pataky...
La página del bimestre (dada la crisis creativa que vengo sufriendo en los últimos tiempos, dejó de ser semanal) es www.dulcesol.es/productos.php. Creo que volví a España porque estuve un año extrañando estas cositas dulces, de las que me hice fanático cuando las compraba por peso en el supermercado Alcampo de Santiago de Compostela el año pasado. Pueden llamarme gordito.
Luego de algunos días de visitas por Barcelona y Bembibre, me dirigí a Oviedo, capital de Asturias (la verdadera España, el resto es territorio reconquistado), para empezar a caminar otra vez hacia Santiago. Esta vez es por otro camino. El del año pasado era el llamado Camino Francés; esta vez es el Camino Primitivo, que es un poco más corto, 310 kilómetros en total. Para todos los que me llamaron gordito.
Pero tampoco les voy a contar de eso mucho ahora, porque el Camino merece otro relato aparte. Sólo les puedo decir que el otro día estaba parado en la cima de una montaña, como a más de 1000 m.s.n.m., con un paisaje idílico, mucha paz, las vaquitas pastando y tal, y me di cuenta, sin embargo, que faltaba algo: música. ¿Y saben qué me puse a escuchar? ¡Dos Minutos! El Mosca y sus amigos nunca pensaron que llegarían tan alto...
Con eso dicho, voy a despedirme. Pronto les vuelvo a escribir. Saludos desde Lucus Augusti, ahora conocida como Lugo, Provincia de Lugo, Galicia,


Martin/Martí/Martín/Martiño/Martinum
(según sea London/Catalunya/Asturias/Galiza/Santiago dC)
llava.blogspot.com